Sociedad Entomológica Canaria Melansis

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viernes, 12 de septiembre de 2014

De ASLOBAS a FATAGA...Disponible en edición impresa

La reciente publicación "De ASLOBAS a FATAGA. Viaje al subsuelo de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria" ya se encuentra disponible en formato impreso en la Librería del Cabildo Insular de Gran Canaria. El libro, con abundante material gráfico, se estructura en cuatro capítulos. El primero está dedicado al reciente descubrimiento del tubo volcánico de Aslobas y a su exclusiva fauna. En el segundo se describen los hallazgos más recientes de las especies subterráneas de la Reserva. En el tercer apartado podemos acercarnos a la sorprendente riqueza de las minas y galerías con las que cuenta Gran Canaria. Para culminar nos aproximamos a la exploración de las cuevas, una perspectiva de la espeleología, en el contexto del Archipiélago Canario.

miércoles, 30 de abril de 2014

Las arañas violín (Loxosceles) de Canarias son endémicas

Las Loxosceles no son raras en las cuevas y minas, principalmente en las más cálidas y secas, lo que no hace extraño el hecho de toparnos con ellas en una incursión subterránea, sobretodo en los primeros tramos.


Un ejemplar de Loxosceles sp.n. en una mina de Fataga, Gran Canaria.

Recientemente se acaba de publicar un trabajo sobre las peculiares arañas violín de Canarias en el que, contrariamente a lo que se creía, están representadas por siete especies endémicas. Antes de dicha publicación se creía que la única araña violín (género Loxosceles) de Canarias era la cosmoplita Loxosceles rufescens, que está asociada principalmente a ambientes urbanitas. Sin embargo, a excepción de La Palma, todas las islas  tienen representantes endémicos de este género, destacando Tenerife y Gran Canaria con 3 y 2 especies, respectivamente. La divergencia y separación de las dos especies de Gran Canaria parece estar en relación con el ciclo volcánico Roque Nublo. El origen del género en Canarias parece asignarse a Loxosceles norteafricanas afines a la especie L. rufescens y, según las técnicas de datación molecular, parece que las primeras oleadas pudieron llegar hace 11,3-8,4 millones de años.

La picadura accidental de Loxosceles puede generar problemas médicos. Sin embargo, a excepción de la recién introducida L. rufescens, el resto de especies canarias llevan ya mucho tiempo habitando entre nosotros sin que parezcan haber producido problemas  sanitarios o epidemiológicos. La descripción de las nuevas especies y el análisis de las diferencias biológicas y ecológicas con L. rufescens abre una nueva e interesante vía de investigación.